29 abr 2011

Otro gran año para el BAFICI

Los números demuestran porque el BAFICI a través de los años se ha convertido en el festival internacional de cine independiente más extraordinario y enriquecedor del momento.
La decimotercera edición de este evento concluyó con 300 mil visitantes, 210 mil entradas vendidas, 1083 funciones y 438 películas proyectadas, superando en cantidad los números del año pasado que concluyó con 20 mil visitantes, 10 mil entradas y 14 funciones menos, lo que demuestra que no es poco y que el esfuerzo ha dado sus frutos.
De la totalidad de los films, se exhibieron 100 cortos, 307 largos y 31 mediometrajes, de los cuáles 113 títulos eran argentinos, representando un gran porcentaje del mismo.
“Antes de que comenzara el festival muchas de las entradas estaban agotadas. Es increíble la rapidez con que se venden, no podría asegurar un número exacto de los expectadores que nos han visitado hasta el momento, pero si puedo asegurar que los viernes y sábados todas las salas estaban llenas”, dijo la vendedora de entradas Mariana Iglesias el día previo al cierre, de la sede de Arteplex Belgrano sobre Avenida Cabildo al 2829.
Es el festival más esperado por todos los cinéfilos que desean llenarse con una dosis extra de cine, con una manera distinta de hacerlo también. Rodrigo Fernández, uno de los tantos jóvenes que salió de la sala tras ver la producción chilena: “Mi último round” de Julio Jorquera Arriagada asegura: “Este es el tipo de cine que amo ver. Creo que el cine independiente merece muchísimo más reconocimiento que ése que se exhibe en todos lados por ser más comercial, once días no son suficientes para disfrutar de este fenómeno”.
No caben dudas de que año tras año, el BAFICI aumenta su popularidad y alcance al público y los números avalan esta afirmación. Sólo nos queda esperar al 2012 para saber si este balance continúa en ascenso y seguirá afianzando seguidores tal como se espera.

Gisela Jarmota

28 abr 2011

ESTRENO DE LA SEMANA

Un acierto en el nombre de Dios


El martes 26 de abril hubo una función privada en las salas del cine Showcase de Belgrano donde 500 personas pudieron disfrutar de un pre – estreno exclusivo: “La verdad me re gustó, no soy fanática de Nicolas Cage pero me encantó el no querer sacar los ojos de la pantalla para no perderme nada o por la curiosidad de que era lo que seguía”, confesó Natalia Aguña una adolescente que tuvo la suerte de ganar la entrada en un concurso radial.
Luego de experimentar en el cine tridimensional, Nicolas Cage regresa a la pantalla grande con un film que mezcla terror y suspenso.
Cacería de brujas (Season of the witch) transcurre en la época de las cruzadas cuando dos caballeros (Nicolas Cage y Ron Perlman) deciden abandonar el campo de batalla y repudiar a la iglesia a la que juraron lealtad por considerar que nada tiene que ver Dios las masacres que se llevaban a cabo. Sin destino, ambos recorren pueblos en busca de transporte y comida hasta que en uno de ellos los descubren y en vez de condenarlos como traidores los obligan a trasladar a una bella jóven acusada de brujería a un monasterio para ser juzgada.
La aventura comienza al poco tiempo de partir hacia bosques inexplorados cuando hechos extraños y sobrenaturales confunden a los viajeros y los llevan al borde de la locura. Al llegar a destino, los esperará otro obstáculo que tendrán que evadir para salvarse no sólo ellos mismos sino también a todas las almas humanas.
Bajo la dirección de Petter Goddard, la película logra sorprender y desconcertar al espectador mientras lo conduce a un final inesperado y decisivo donde se descubrirá las verdades ocultas de la bruja.




Sabrina Roses

EL OGRO QUE SE GANÓ EL CORAZÓN DE TODOS

Shrek es una de las mejores películas de animación de todos los tiempos; de eso no cabe ninguna duda. Contra lo que podría suponerse, no es un film dedicado exclusivamente al público infantil. A lo largo de sus 92 minutos, tiene innumerables guiños para los adultos, que por lo general terminan más entusiasmados que los párvulos a los que llevaron al cine.
Estrenada en 2001, la historia versa sobre un solitario ogro verde que vive feliz en su pantano, en las afueras de la ciudad de Far Far Away. Cuando un malvado funcionario del reino, Lord Farquaad, destierra a los protagonistas de varios cuentos de hadas y los envía a los otrora apacibles dominios de Shrek, éste acude al pueblo para quejarse. La única solución posible para su problema es que rescate a la bella princesa Fiona, que se encuentra encerrada en un castillo y sufre un hechizo desde niña.
En ese instante el ogro comienza a vivir una serie de aventuras junto a Burro, un cuadrúpedo parlante que nunca sabe cuando cerrar la boca. Cuando llegan a la prisión de la princesa, la dragona que la custodia se enamora del asno, que la distrae para que Shrek cumpla con su objetivo.
Al llegar a Far Far Away, el ogro deja a la princesa con Lord Farquaad, quien quiere casarse con ella. Shrek vuelve a su pantano, pero no logra recuperar su tranquilidad; Burro lo acompaña e intenta hacerle ver que debe pelear por el amor de Fiona. Después de pensarlo, el héroe verde se presenta en el reino en el momento en que ella está por casarse con el funcionario. Como es previsible, la historia tiene un final feliz. Shrek besa a la princesa, que se convierte en ogra; el hechizo que recibió en la infancia establece que tomará su forma definitiva cuando reciba un beso de amor verdadero, que resulta ser el del protagonista de la película.
El film fue dirigido por Andrew Adamson y Vicky Jenson, y los actores que prestaron sus voces fueron Mike Myers, Eddie Murphy y Cameron Diaz, en los papeles principales. Ganó el premio Oscar a la Mejor Película de Animación en 2001.
Oscar Reynoso, dueño del video club Alem, ubicado en San Andrés, asegura: “Es la película que más alquilé en todos estos años, se la llevaron más veces que Titanic u otras superproducciones”.




Nelson Hayes

El cine dentro del libro

Faltaba más de una hora y ya la cola formaba una U en la sala José Hernández del pabellón rojo de la Feria del Libro. Con el programa en mano una pregunta resonaba: “¿Esta es la fila para ver la película Belgrano?”.
Algunos comían mientras otros se sentaban en el suelo y sacaban de las bolsas los libros que acababan de comprar. Parecía como si de repente todo el ajetreo de los stands, de los pabellones y de la gente que se amontonaba para ojear libros se hubiese congelado y en su lugar solo existiese ese espacio interior, como un pacto entre quienes habían marcado en sus programas “Canal 7. Proyección “Belgrano”, de Sebastián Pivotto. Participan: Tristán Bauer, Sebastián Pivotto y Pablo Rago. (Sala J.H.).
Entre el murmullo general llegaban los comentarios de aquellos que ya habían visto la película al aire libre en alguna de sus tantas presentaciones desde el 28 de noviembre pasado y coincidían en que era una muy buena producción. También estaban aquellos que no habían tenido la oportunidad de verla antes.
“Me parece muy bueno que todo lo que es arte lo hayan englobado en un mismo lugar”, dijo Camila Nieto, una estudiante de diseño de indumentaria que veía por primera vez el film.
Antes de las 20- hora en que comenzaba- la U se había convertido en una W.
Nieto indicó que lo bueno de tener entrada gratuita es que “uno no tiene expectativas” sino que simplemente “lo ve y se va, sin quejarse ni criticar”.
La sala se llenó casi de inmediato y mientras se aguardaba a los panelistas se sucedieron varios cortos de la Argentina aunque de repente la gente cargada de bolsas comenzó a aplaudir de pie. Estaba Pablo Rago.
De a poco salieron los restantes integrantes de panel y luego de un breve comentario de cada uno las luces comenzaron a bajarse- salvo las de la mitad posterior de la sala que estuvieron prendidas hasta la mitad de la proyección- y en la pantalla apareció Belgrano. Una vez más, el film supervisado por Juan José Campanela y producido de manera conjunta por la TV Pública, Canal Encuentro, la Unidad Bicentenario y 100 Bares, con el apoyo del Ente Cultural de Tucumán, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y la Universidad Nacional de San Martín reunía multitudes.


Brenda Caletti